Plantación Fajing

Con una ceremonia de limpieza antes de recolectar las hojas, más de 40 monjes pasean las franjas de la plantación del té “zen” dentro del templo.

Cerca de uno de los más grandes recintos budistas del mundo con un ambiente húmedo, crece una variedad de té verde bañado con las aguas del lago oeste de Hangzhou.

Recolectado, preparado y tomado por esta comunidad con un acercamiento espiritual en su consumo. El momento en el que empieza la escuela romántica y deja atrás a la escuela clásica del té.

Alrededor del siglo XV monjes budistas se reúnen para el momento de probar una taza de té compartida. Esto marca el inicio de la ceremonia del té que migró a Japón con un proceso de perfeccionamiento mucho más profundo.

En sus inicios esta ceremonia reflexiona sobre el “teísmo” y “el hombre sin té” una forma escondida de la filosofía del Tao.

Es normal (y a veces obligatorio) encontrar una plantación a un lado de los templos budistas.

Para las largas horas de meditación el té era una herramienta al principio y después abordado de manera espiritual.

Cuenta la leyenda que tras cientos de años de meditar dentro de una cueva Buda se quedó dormido. En su rabieta por este descuido se cortó los parpados. De aquí nacen las hojas de té.

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